martes, 29 de noviembre de 2011

Pongo una cortina de humo frente a la muerte de una persona que tanto he querido y con la que he pasado parte de mi infancia y la deposito levemente entre ella y yo. He vuelto a pecar y a tener sentimientos negativos acerca de la vida y de todo lo que la rodea. Supongo que era inevitable en estas circunstancias. Hay de los que están atormentados por cosas superficiales, yo soy hipersensible y me toca el alma otra alma que sufra o padezca cualquiera de los designios de esta caprichosa vida que quiera acometerle.
Las frases hechas me tocan la moral, ya descansó, esta en paz, ya no sufrirá mas, la vida sigue…
No hace falta todo eso, esta demás, es solo paja. Y lo que pasó ya no importa. Se queda con nosotros el duelo y el duelo no perdona. Esa personita deja un hueco que solo se llena en nuestros corazones y que no morirá hasta que la última huella de los que la quisieron muera.
Los recuerdos así quedan inmortales en el aire, fugitivos pero invencibles, airosos y frágiles pero indestructibles.
Somos polvo y no hay verdad mas grande que la de que en polvo nos convertiremos.
Tanta lágrima no ha servido para nada pero las almas pesaban con tanta tristeza y por algún hueco tenía que caer, para aliviar lo que la insólita y contundente vida venía a decirnos; nada importa, solo el aire que ahora mismo mece tu pelo, ese que nunca volverá, ese que es ahora y para siempre, inmortal frente al futuro, juguetón frente al presente, penitenciario frente al pasado.
Mujer de férrea voluntad era ella, fina y campechana, bella en su sabiduría y justa en sus palabras.
Daba tantas pequeña cosas juntas que abrumaba con su calidez. ¿Por qué tuvo que aguantar tanto? ¿Por qué merecía ella sufrir?
De vuelta preguntándole a la vida… de vuelta  tratando de entender…

Hoy no quiero entender nada, ni tampoco buscarle el sentido ni a la vida ni a la muerte.
Hoy solo quiero soñar con una flor de lis que acaricie mi pelo esta noche mientras duermo.
Que se despida en tranquilidad y en silencio que yo entre sueños me encargaré de abrazarla una vez mas, la última y quizá para siempre la mejor.

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